sábado, agosto 28, 2010

DOMINGO 29 DE AGOSTO, COMENTARIO AL EVANGELIO


Tras una semana de preparación física y espiritual, por fin he comenzado el Camino de Santiago junto con otros hermanos de mi grupo cristiano. Jesús aprovechaba su caminar para entrar en contacto con la gente y evangelizar. De manera similar, a los peregrinos que sentimos la llamada de Dios a hacer el Camino, Él nos regala la experiencia de sentir su presencia en la naturaleza, en la gente de los pueblos que nos acoge con alegría, y en los otros peregrinos con los que nos vamos cruzando. El Camino es una vivencia multicultural, abierta a todos, que no impone al peregrino límites en función de su raza, religión o ideología.

En el evangelio de hoy, el Reino se nos presenta como una mesa abierta, sin horarios, que acoge a todos los que quieren seguir a Dios, a los que están dispuestos a amarle y a amar a los hermanos. Cuando este sentimiento de amor prevalece, acogemos al otro sin límites, sin importarnos la diferencia y sin juzgarle. Y así vamos construyendo el Reino de Dios en la tierra, como anticipo del otro Reino que Él nos tiene preparado.

Fuente: Ciudadredonda

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