Una vez más celebramos de manera especial y solemne la Pascua de
Jesús. El evangelio de Juan nos presenta a María Magdalena madrugando para ir
al sepulcro de Jesús. “Todavía estaba oscuro”. María, no ha experimentado aún
la realidad de la Resurrección. Al ver que la piedra con que habían tapado el
sepulcro se halla corrida, va a buscar a Pedro y al “otro discípulo”. Viendo creyeron. Los corazones de todos estaban heridos: negación, traición,
abandono. Volver a dar cohesión y unidad interna en el perdón mutuo a la
comunidad de seguidores, en la solidaridad, en la fraternidad, era humanamente
un imposible. Sin embargo, la presencia y la fuerza interior del «Resucitado»
lo logró.¿Tenemos sepultada la esperanza, la ilusión, la posibilidad de
superar nuestras dificultades y problemas bajo alguna losa que creemos superior
a nuestras fuerzas? La PASCUA es la experiencia de vernos liberados de esa
losa, porque una experiencia transformadora también puede darse en nosotras.
¿Cómo lo seguiremos de cerca, si no lo reconocemos vivo en medio de nosotras?
La Resurrección de Jesús es el triunfo de la VIDA.Creer en la resurrección de Jesús es creer que su Palabra, su
proyecto y su Causa (¡el Reino!) expresan el valor fundamental de nuestra vida.
Lo importante es no sólo creer en Jesús, sino creer como Jesús. No sólo es
tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús y su actitud ante el Padre, ante
la historia, su opción por los desfavorecidos, su propuesta, su Causa…Creyendo con esa fe de Jesús, las “cosas de arriba” y las de “la
tierra” no son ya dos direcciones opuestas. Las “cosas de arriba” son la Tierra
Nueva que está injertada ya aquí abajo. Hay que hacerla nacer en el doloroso
parto de la Historia, sabiendo que es don gratuito de Aquel que resucitó.
sábado, marzo 31, 2018
domingo, marzo 25, 2018
¡¡¡Bendito El Que Viene en Nombre del Señor!!!
Quienes creemos en Jesucristo como Hijo de Dios y Señor del universo, reconocemos que en Él se “Servidor de Yahvé en quien se nos revela el mismo Dios que se solidariza hasta las últimas consecuencias con el
dolor humano, con tod@s los que están cansados de sufrir la injusticia y la violencia. Aclamémoslo
no sólo como el que viene en el nombre del Señor, sino también como el que tiene ese mismo título
por haber entregado su vida para salvarnos a tod@s y hacernos hijos e hijas de Dios. Y renovemos nuestro
compromiso de vivir de acuerdo con su testimonio de Amor infinito significado en la cruz, que es
el único camino para lograr la reconciliación y la paz en nuestra vida personal y social.
¡¡¡Bendito El que Viene!!!
martes, marzo 13, 2018
jueves, marzo 08, 2018
DÍA DE LA MUJER *Jesús libera y dignifica a la mujer*
*Jesús de Nazaret, un amigo de las
mujeres*.
Las
mujeres que siguen a Jesús perciben en él una actitud diferente. No escuchan de
sus labios expresiones despectivas, tan frecuentes en los rabinos. No lo
escuchan exhortando a que vivan sometidas a sus esposos ni al sistema
patriarcal. No hay en Jesús animosidad ni prevención alguna frente a ellas.
Sólo respeto, compasión y una simpatía desconocida.
*Lo que más sorprende de
Jesús es la manera sencilla y natural como va redefiniendo, desde su
experiencia de Dios, el significado de la mujer, echando abajo los estereotipos
vigentes en aquella
sociedad*.
No acepta, por ejemplo, que la mujer sea
considerada ligeramente como fuente de tentación y ocasión de pecado para el
varón. En contra de la tendencia general, nunca previene a los varones de las
artes seductoras de las mujeres, sino que los alerta sobre su propia lujuria
(Mt 5,28). Jesús corrige también, en casa de sus amigas Marta y María, aquella
visión generalizada de que la mujer se ha de dedicar de manera exclusiva a las
tareas del hogar. Marta se afana por acoger con todo esmero a Jesús, mientras
su hermana María, sentada a sus pies,
escucha su palabra (Lc 10,38-42). La mujer no ha de quedar reducida al servicio
de las faenas del hogar. Hay algo mejor y más decisivo a lo que tiene derecho
al igual que el varón: la escucha de la Palabra de Dios.
Jesús reacciona con
audacia frente al doble criterio de moralidad usado para enjuiciar al varón y a
la mujer. La escena es cautivadora (Jn 8,1-11). Traen ante Jesús una mujer
sorprendida en adulterio. No se dice nada del varón. Es lo que ocurre casi
siempre en aquella sociedad machista. Se humilla y se condena a la mujer porque
ha deshonrado a la familia; pero nadie habla del varón. Jesús no soporta esta
hipocresía social construida por los varones. No es verdad que la mujer sea más
culpable que el varón: _"Aquel de
ustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra"_. Los
varones se van retirando uno a uno, avergonzados por el desafío de Jesús. Saben
que ellos son los más responsables de los adulterios que se cometen en aquellos
pueblos. La conclusión es conmovedora: Jesús confía en la mujer y la anima a no
pecar, y de sus labios no brota ninguna condena.
*La imagen de Dios Padre que
ofrece Jesús tiene rasgos entrañables y maternales*. Es un Dios compasivo que
lleva a sus hijos e hijas en sus entrañas, cuida de los más frágiles de la
creación, abraza y besa efusivamente a los hijos perdidos al recuperarlos
vivos.
*Jesús libera y dignifica a la mujer*
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